miércoles, 30 de diciembre de 2015

METAFÍSICA LABORAL

METAFÍSICA  LABORAL 

Hay un refrán ruso que dice: "Después de haber dicho A hay que decir B".

Vamos a ver quién ha dicho A y que B tiene que decir en consecuencia.

Recuérdese aquella canción de aquel año que decía: "Izquierda, izquierda, derecha, derecha; 1, 2, 3".

Y recuérdese que si en política existen las derechas y las izquierdas era porque unas y otras entienden las cosas de distinta manera.

En lo económico, la derecha cree que el empresario (aquel que tiene un mínimo de dinero para poner un negocio) con su carácter emprendedor crea una empresa que a su vez creará riqueza y puestos de trabajo.

Se autodenominan así aquellos que entienden que hay dos grandes clases sociales. Una, la clase trabajadora, formada por las personas que lo único que pueden vender para ganar dinero es el trabajo que saben hacer, ya que están desprovistos de cualquier otra propiedad que les permita la consabida compraventa que les permita vender otra coca.

La otra clase, es la de quienes necesitan comprar la fuerza de trabajo de los obreros para que sus empresas funcionen y que funcione su negocio (es decir, que se multiplique el dinero invertido).

Los sindicatos de clase resuelven, en tanto que sindicatos, problemas individuales de carácter laboral. Y defienden, en cuanto que son de clase, que desaparezcan estas y todos los humanos estén en igualdad de condiciones ante la vida.

Ese querer eso les hace ser de izquierdas.

Sabido es que el año pasado se firmó la última Reforma Laboral. Fue un acuerdo entre los sindicatos de clase (UGT-CCOO) y el sindicato de empresarios CEOE, pacto apadrinado por PP y PSOE.

Tal pacto se basaba en asumir que quien crea riqueza y trabajo es la empresa, y por tanto hay que facilitarle a ésta las cosas (abaratar el despido, ampliar las causas de éste y ayudar a la empresa con subvenciones).

Es decir, su esencia radica en aceptar que los conceptos sociales de la derecha son los correctos.

Lo único que hicieron los sindicatos fue firmar y por tanto confirmar ese aserto.

Supóngase que ese pacto esté siendo un gran éxito; lo cual es fácil de imaginar puesto que todos los firmantes así lo dicen. Siendo lo más importante el que lo digan los sindicatos en cuanto que son los caballeros andantes de la clase obrera.

Pero entonces, si tal pacto está siendo un éxito, resulta que lo que está ocurriendo es que la realidad está confirmando que cuando se hace lo que dicen los empresarios (con su pensamiento de derechas) es cuando mejor le va a los trabajadores.

Resultaría así que la izquierda y las centrales sindicales, cuando ejercían de tales, a quienes estaban perjudicando no era a los ricos sino a los pobres.

Entonces, siendo así las cosas (es decir, descubierto que la izquierda no sólo no tenía razón sino que incluso ha sido un perjuicio para el progreso y para los suyos), lo que procede es que, primero las centrales sindicales, como pioneras del descubrimiento, y luego toda la izquierda, deben convocar un gran congreso del arrepentimiento.

En ese gran congreso las centrales de clase pasarían a ser interclasistas, como paso previo a autorizar la afiliación empresarial, y los partidos de izquierda, amén de pedir perdón por haber frenado la marcha de la historia, enterrarían sus rimbombantes nombres junto con el hacha de guerra.

Y es que después de haber dicho A hay que decir B, y si se dice que la reforma laboral proempresarial ha sido un éxito, ha de decirse la verdad consecuente, que la derecha tenía razón.

Si a eso se añade que ser de izquierdas no es obligatorio y que resulta incluso incomodo para ascender en la vida pues... menos cuento y a dar el paso.


Francisco Molina (Zamora). La Opinión de Zamora. Imperecedero si así fuera o cuando los sindicatos firman reformas laborales

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