viernes, 25 de diciembre de 2015

LAS CIVILIZACIONES GEMELAS

LAS CIVILIZACIONES GEMELAS

“Ni Osama Bin Laden, ni os ama George Bush".

Ni hay dos civilizaciones, ni tres, ni cuatro.

Ocurre que tras la catástrofe de las Torres Gemelas se nos ha dicho que va a haber un antes y un después.

Pero lo cierto es que en "el después” nos siguen contando las mismas milongas que en "el antes".

Tomemos como ejemplo lo que nos indican de que debemos estar dispuestos a morir por nuestra civilización, la Occidental, porque la otra, la Oriental, es distinta y nos quiere liquidar.

Bueno pues vamos a ver que el problema está, no en que sean civilizaciones diferentes, sino, precisamente en que son la misma o mejor, si se prefiere, gemelas, y que disputan ambas el mismo botín.

Repasemos sus valores y estructuras.

La pieza básica de la sociedad allí y aquí es la familia, y en concreto, la "familia cerrada", en base a los intereses económicos de sus miembros y de la fidelidad de su núcleo central, la pareja.

Caldo de cultivo del machismo y célula básica de él, en las dos civilizaciones, es también la familia.

Machismo más evidente allí, por cuanto un macho puede tener todos las hembras que pueda mantener, (hasta cuatro), pero machismo también detectable aquí, con la violencia doméstica por un lado, y la posibilidad de “querida” para el señor si la podía mantener, amén de un futuro glorioso si se deja salir a la mujer a “realizarse” en un trabajo y ganar un sueldo, pues entonces puedes mantener a infinitas.

En las dos civilizaciones resulta evidente la ayuda mutua que se dan el poder económico- político por un lado, y el religioso por otro, de forma que tanto-monta-monta-tanto, uno como otro.

Basta ver como allí o aquí, mulás o curas, son liberados que no realizan ningún trabajo productivo salvo el de consolidar el sistema.

Las dos civilizaciones se pueden presentar ante nuestros ojos en forma de monarquías, o democracias o repúblicas o dictaduras.

Eso no es problema para ellas. Las religiones que apoyan y en quienes se apoyan, ambas civilizaciones, son machistas y represivas en lo sexual, sobre todo contra las mujeres.

Allí a las adulteras las apedrean o lapidan, aquí su pareja o la mata o la anula.

En ambas civilizaciones existen clases sociales, y tanto si hay paz como si hay guerra, sólo sufren los que viven sólo de su trabajo.

Si hay paz, porque tienen que ganar cada vez menos para competir en el mercado, y si hay guerra, porque hay que morir por la civilización de turno.

Tanto la Oriental como la Occidental exacerban el localismo en periodos de paz (divide y vencerás) pero en tiempos de guerra te mandan morir por la bandera que ellos (el Poder) quiere que mueras.

Y por ultimo y no aburrir, la educación, tanto en la de los buenos (nosotros, como no) y, la de los malos (ellos, claro que si) consiste en las dos culturas en acabar con los dos instintos básicos de cada persona, el instinto de supervivencia o conservación y el instinto de placer sexual.

Anulados estos, ya todos somos kamikazes en potencia, y unos se matan o dejan matar tras privarse de los placeres más terrenales de este mundo porque les dicen que en el otro van a tener las 60 vírgenes que aquí les prohibieron, y los otros buscan la gloria que luego les de el dinero que luego les permita saltarse las normas de los mortales y tener lo que está prohibido.

Aunque queda un detalle que ahonda en la igualdad de las dos civilizaciones.

También en las dos, los que deciden la guerra son los ricos, mientras se quedan en la retaguardia tan ricamente, claro.

Y otro detalle más, en ambas culturas suelen gobernar los mas "mulás":

¿Qué me dicen de Bin Laden?. ¿Y qué me dicen de nuestro jefe, el de USA que en un territorio más grande que España, tira 37.000 bocadillos, tras millones de kilos de bombas y lo dice orgulloso, o le pide a cada niño norteamericano que de un dólar para los niños de Afganistán sin rubor.

 Y por si hay dudas. ¿Acaso en las dos civilizaciones no somos todos inocentes, pues hasta los malos lo son porque se creen sus mentiras'?

La única diferencia es que aquí tenemos más dinero y estamos cambiando del  Dios de toda la vida, a ese dios que nos da la vida. Es el progreso.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. 19 de Octubre del 2001

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