MIS ENEMIGOS
Me dijeron que tenía
que ser "yo mismo".
Ahora, como soy
"muy mío” aquellos que son distintos a mi son mis enemigos, potenciales y
sin querer.
Me dijeron que debía
de ser una unidad de destino en lo universal dentro de un gran amor.
Y ahora, como “ella
es muy suya" (y yo muy suyo) he ampliado el cupo de mis enemigos: Somos
distintos a los demás y claro la diferencia crea problemas de incomprensión y
enemistad latente.
(Esto del emparejamiento actual es una licencia
poética).
Me dijeron que debía
defender a mi familia contra todo, contra todas.
Sigue así aumentando
el número de mis enemigos (el que entorpece la vida de uno de los míos, que son
muy suyos, es mi enemigo).
Me dijeron que debía querer a mi patria chica,
como si fuera una chica (o sea mucho); y tanto la quiero que a las demás
desprecio (o no aprecio).
Así di un buen salto
en el número de mis enemigos (los novios de otras patrias chicas).
También debo querer
a mi autonomía, faltaría más, así que más enemigos al canto, que a mi, quien me
toca la autonomía...
Me ordenaron ser
patriota, y tanto, que no debo dudar en dar la vida por la patria (eso sí, a
ser posible llevándome por delante la vida de otros patriotas de otras
patrias).
Aquí me cebé de
enemigos, además enemigos mortales; pero bueno, sea todo por la patria.
Como el número de
enemigos era aún pequeño, me metí en la OTAN, con lo cual ya no tengo solo de
enemigos a los de las patrias que por su cercanía podían meter mano mi patria.
Ahora ya tengo enemigos en cualquier parte del planeta.
Por supuesto que
aunque ya tenía más que suficientes enemigos, la cosa no funcionaba, pues no
todos ejercían de enemigos a la vez, ni ordenadamente, con lo que necesitaba más
enemigos
Decidí entonces crearme,
además de la patria-chica y la patria-patria, la patria-abuela y me hice europeo.
Más enemigos
potenciales al bote, (los que no son europeos).
Ni que decir tiene
que de existir vida en Marte, yo me declaro terrícola, y así puedo ya tener
enemigos en todas la galaxias.
Aunque eso sí, si
hay vida en otras galaxias que no sean la galaxia en la que vivo (la Vía Láctea),
yo me declaro enemigo de las demás galaxias, pues yo soy la leche o sea de la
Vía Láctea como su nombre indica.
Insaciable por tener
enemigos (que afán Dios mío) en ejercicio o potenciales, he optado por ser de
un partido y de un sindicato y de los de un equipo de fútbol y de los que leen
tal periódico.
Y aún, para que la
fiesta no decaiga, dentro del partido he buscado ser de un grupo (contra otro),
dentro del sindicato (lo mismo) y dentro de mi periódico pues también tengo mis
simpatías y mis antipatías.
Y dentro de dentro
de dentro amplio mis filias y mis fobias vía amigas/os, vía esto, vía lo otro,
vía lo de más allá.
Menos mal que esto
solo me pasa a mí, que si también les pasara a ustedes sería tremendo.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero
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