viernes, 18 de diciembre de 2015

MIS ENEMIGOS

MIS ENEMIGOS

Me dijeron que tenía que ser "yo mismo".

Ahora, como soy "muy mío” aquellos que son distintos a mi son mis enemigos, potenciales y sin querer.

Me dijeron que debía de ser una unidad de destino en lo universal dentro de un gran amor.

Y ahora, como “ella es muy suya" (y yo muy suyo) he ampliado el cupo de mis enemigos: Somos distintos a los demás y claro la diferencia crea problemas de incomprensión y enemistad latente.

 (Esto del emparejamiento actual es una licencia poética).

Me dijeron que debía defender a mi familia contra todo, contra todas.

Sigue así aumentando el número de mis enemigos (el que entorpece la vida de uno de los míos, que son muy suyos, es mi enemigo).

 Me dijeron que debía querer a mi patria chica, como si fuera una chica (o sea mucho); y tanto la quiero que a las demás desprecio (o no aprecio).

Así di un buen salto en el número de mis enemigos (los novios de otras patrias chicas).

También debo querer a mi autonomía, faltaría más, así que más enemigos al canto, que a mi, quien me toca la autonomía...

Me ordenaron ser patriota, y tanto, que no debo dudar en dar la vida por la patria (eso sí, a ser posible llevándome por delante la vida de otros patriotas de otras patrias).

Aquí me cebé de enemigos, además enemigos mortales; pero bueno, sea todo por la patria.

Como el número de enemigos era aún pequeño, me metí en la OTAN, con lo cual ya no tengo solo de enemigos a los de las patrias que por su cercanía podían meter mano mi patria. Ahora ya tengo enemigos en cualquier parte del planeta.

Por supuesto que aunque ya tenía más que suficientes enemigos, la cosa no funcionaba, pues no todos ejercían de enemigos a la vez, ni ordenadamente, con lo que necesitaba más enemigos

Decidí entonces crearme, además de la patria-chica y la patria-patria, la patria-abuela y me hice europeo.

Más enemigos potenciales al bote, (los que no son europeos).

Ni que decir tiene que de existir vida en Marte, yo me declaro terrícola, y así puedo ya tener enemigos en todas la galaxias.

Aunque eso sí, si hay vida en otras galaxias que no sean la galaxia en la que vivo (la Vía Láctea), yo me declaro enemigo de las demás galaxias, pues yo soy la leche o sea de la Vía Láctea como su nombre indica.

Insaciable por tener enemigos (que afán Dios mío) en ejercicio o potenciales, he optado por ser de un partido y de un sindicato y de los de un equipo de fútbol y de los que leen tal periódico.

Y aún, para que la fiesta no decaiga, dentro del partido he buscado ser de un grupo (contra otro), dentro del sindicato (lo mismo) y dentro de mi periódico pues también tengo mis simpatías y mis antipatías.

Y dentro de dentro de dentro amplio mis filias y mis fobias vía amigas/os, vía esto, vía lo otro, vía lo de más allá.

Menos mal que esto solo me pasa a mí, que si también les pasara a ustedes sería tremendo.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero

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