miércoles, 16 de diciembre de 2015

IRA CONTRA IRAK

IRA CONTRA IRAK

El tal Sadam Husein se la ha cargado.

Cuando le dio  por “meterle mano” a Irñan, como el ayatola Jomeini era un creyente-descreido (pocos humanos están tan borrachos de fe como lo andaba el imán, salvo que, claro está, no creía en el Dios que Dios manda); pues bien (esta manía de los paréntesis hace empezar la frase tres o cuatro veces, ¡que lata!); pues bien, coma se decía, cuando el jefe irakí le declaró la guerra al pueblo iraní se le dijo al personal que el malo era el atacado (no el atacante) porque allí, en el antiguo reino del Sha de Persia, todos eran fundamentalistas islámicos a los que bien les venia que alguien (quien fuera) les parase los pies.

Entonces Irak era el bueno e Irán era el malo, a pesar de que no fue este país el que atacó.

Como Sadam Husein fue el “pirao” que tuvo la sangrienta idea de empezar una guerra de desgaste contra el diablo, por aquí (entre los gobiernos y los Poderes fuertes del mundo) se le tuvo en palmitas, ¡que chollo!

Le da la batalla al imperio del mal y encima, gracias al petróleo, compraba armas a todo el que se las vendiera (y se las vendieron todos), lo cual siempre es un negocio vinculado a los grandes (¿Por qué no desaparecen los dos comercios de la muerte, las armas v las drogas? Porque siempre hay alguien bien situado promoviendo su expansión).

Ahora el señor iraquí ha invadido Kuwait (coma si Francia ocupa Mónaco) y la que se ha liado.

Por supuesto que el respeto a los Pueblos ha de ser absoluto; venga pues y con urgencia un bloqueo social y económico a quien no solo invada, sino que simplemente ataque a otra nación.

Pero... ¿ Por qué no se armó otro cisco como el de ahora cuando Estados Unidos atropelló la isla de Granada, y tampoco cuando, hace pocas fechas, se quedó con Panamá por un quítame allá ese canal?

Si de acuerdo en que todo el mundo condenó eso (pero menos), faltaría mas.

Incluso ahora también “to-quisqui” expresa su mas enérgica repulsa; lo que ocurre es que antes, tras las palabras, vino la calma (de espíritu) y a dormir que son dos días.

Y ahora, ;ni hablar! No bastan las palabras y el bloqueo, y se está preparando la marimorena.

De tal forma que una salvajada sin muertos puede acabar en un baño de sangre, inocente ¡como siempre!

Y lo peor es que atacaremos porque nos sentimos ricos amenazados  (“es que es una zona clave por el petróleo”, “hay que defender nuestros intereses”, “Ha de garantizarse la paz y el desarrollo de Occidente”, frases no faltan ).

También mataremos porque a Irak se le puede ganar y no es de los nuestros (a Estados Unidos sería una locura hincarle los dientes y además es aliado, ¿o cómplice?).

Si al final hay guerra, de Irak y de nuestra-sabia-parte, morirán gentes sencillas que nunca ganaran una confrontación bélica, porque aunque su bandera desfile el día de la victoria, ellos y sus familias estarán rotos por la sangre o por la duda de si perderán el trabajo, pues su situación social y económica no depende de luchas entre magnates.

Al pueblo siempre se le ha dicho que había que ir a tal o cual guerra para que viera resueltos sus problemas, pero los que lo dicen son los que nunca pierden,  atentos si no a la clase pudiente de Irak (hay que suponer que perderá ese país, que “pa eso somos la OTAN”), como quedará luego, gobernando encargada de hacer olvidar la pesadilla?

Mas, ¿no es la pesadilla la disposición que desde tan lejos tenemos para matar, solo buscando que no suba el petróleo y baje nuestro nivel de vida.
¡Qué nivel de vida!

FRANCISCO MOLINA. El Correo de Zamora. 15 de Agosto de 1990


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